La Ría del Eo, el lugar donde crecen nuestras ostras, es un paraje excepcional.
En la parte occidental de Asturias, lindando con Galicia, la Ría del Eo se abre al mar bajo la atenta mirada de Castropol. La conservación de sus destacados valores ambientales y paisajísticos, consecuencia de una adecuada integración de las actividades humanas en el entorno, le ha valido la reciente denominación de Reserva de la Biosfera.
Las condiciones ecológicas que mantiene la permiten albergar una gran variedad de aves, no en vano está clasificada como zona ZEPA (zona de especial protección de aves). Cormoranes, garzas, garcetas y patos nos acompañan mientras trabajamos en los parques de cultivo.
La ría está catalogada también como Reserva Natural del Principado de Asturias.
En la pequeña ensenada de La Linera, entre Figueras y Castropol, en unas condiciones naturales óptimas, las ostras aprovechan los alimentos que el mar les ofrece a golpe de marea y crecen tranquilas, lentas... aburridas.